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A BRAZADAS
Este libro de las horas se levanta como escultura frente al tiempo, frente al mar de una civilización que ha sometido a las mujeres a reglas absurdas, normas subordinantes, el dictado perverso de lo alienante. A partir de las reflexiones en los días que habitamos o nos habitan, podemos rescatar, vivir, profundizar sobre todo lo que dos mujeres pueden aportar en un diálogo que sigue vivo y donde solo importa lo auténtico; la palabra que construye, aunque a veces se sirva de la ironía para derribar viejos mitos, se reconstruye con la impronta de quien lee y participa en una conversación digital fluida... Con conceptos sustanciales a nuestra cultura —gestación, vida, muerte, tiempo, oscuridad—, asistimos a un diálogo que se abre al pensamiento más profundo desde un sujeto ontológico enraizado en la tierra y en la vida y que nunca ha perdido el sentido de lo humano. Estas palabras, vibrantes, no renuncian a una concepción mítica y mística del mundo, vuelan por encima de nuestras cabezas para liberarnos y, también, cambian, borran y tachan algún elemento espurio que se propone desechar. La pregunta es: ¿bastará con estos versos? ¿Acaso podremos construir este discurso con un lenguaje supuestamente universal que es heredero del androcentrismo cultural? Es todo un reto. Y solo podremos abordarlo abrazadas y a brazadas.