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ARKHÉ
Almaceno en la piel letras, personas, canciones y abismos. Dibujo su contorno con la tinta de una poesía y entiendo que soy yo y también eres tú y somos tantas otras vidas. Me detengo en la cima de una montaña en un acto de rebeldía entre el cielo y la tierra. Quizás algún día dejemos de herirnos solo porque perder el miedo a las alturas no nos convierta en vulnerables. Escribo la palabra “familia” desde cualquier lugar del alma en un intento imposible de robarle a la muerte todos nuestros poemas. Ya no tan de vez en cuando, necesito estar cerca del mar, no vaya a ser que me quede sin agua a la que regresar. Un día aprendí a volar y ahora solo sé escribir qué color tiene el viento cuando abro las alas. Puede que no sepas dónde se encuentra el origen de todas las letras pero no existe principio que no haya sido antes un final. Aquí lo tienes, el principio de un gran final.