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ARMAGEDÓN EN STALINGRADO
A última hora de la tarde del 23 de agosto de 1942, el Kampfgruppe del teniente coronel Hyazinth Graf Strachwitz, punta de flecha de la vanguardia del Sexto Ejército del general Friedrich Paulus, alcanzaba los suburbios septentrionales de la ciudad industrial de Stalingrado, avance que solo se detuvo cuando los alemanes llegaron a lo alto de las escarpadas orillas que dominaban el río Volga. Tras un verano de intensos combates coronados por el triunfo de la Operación Blau, los soviéticos parecían inermes, incapaces de poder interponer oposición alguna al rápido avance alemán. La caída de Stalingrado parecía inminente. Armagedón en Stalingrado, segundo volumen de la Tetralogía de Stalingrado de David Glantz y Jonathan House, nos traslada a los meses cruciales de septiembre, octubre y noviembre de 1942, testigos del drama de una ciudad agonizante castigada en todos sus frentes, por tierra y por aire: la imparable penetración alemana por los suburbios de la ciudad; el asalto al centro de Stalingrado, que apenas dejó una magra cabeza de puente soviética en torno al embarcadero de la orilla derecha del Volga, mantenida a costa de ríos de sangre; y los encarnizados ataques a los distritos obreros, auténticas ciudades en torno a las célebres factorías Barrikadi, Octubre Rojo y la Fábrica de Tractores, que se prolongarían sin descanso durante cuatro meses. Armagedón en Stalingrado certifica, asimismo, el fracaso definitivo de la Blitzkrieg alemana y el inicio de una nueva fase de la batalla caracterizada por el combate urbano y una guerra de desgaste meticulosamente planificada por el mando soviético para la que el ejército alemán distaba mucho de estar preparado y que eventualmente precipitaría su colapso. Para la elaboración de su relato, Glantz y House han investigado fuentes que no habían sido estudiadas antes, entre ellas los archivos del NKVD y los informes del 62.º Ejército soviético y del Sexto Ejército alemán, para proporcionar detalles sin precedentes y nuevas interpretaciones sobre esta campaña apocalíptica, hora a hora, calle a calle e incluso edificio a edificio. Escrito con la fuerza narrativa de una gran novela bélica, este volumen reemplaza todas las crónicas anteriores y constituye la pieza central de la Tetralogía de Stalingrado, el momento donde la guerra se decidió.