Un poeta describió el Taj Mahal como “una lágrima en la mejilla del Tiempo”. El Islam, quizás como ninguna otra religión, ha motivado en sus fieles la necesidad de anticipar el Paraíso prometido a través de recursos como la mística y, especialmente, la arquitectura. El Arte islámico provoca en quien lo observa un impacto estético: sea una alfombra, una cerámica o una construcción monumental. De manera original esta obra explora el intenso diálogo que se dio entre la civilización islámica y sus antecesoras: especialmente romano-bizantina, persa, cristiana y judía. A continuación, el autor identifica e ilustra tres grandes temas iconográficos, específicos del arte islámico y derivados del Corán: el jardín del Paraíso; la victoria apocalíptica del Islam y los cielos místicos coránicos, con sus respectivas proyecciones sobre su arquitectura.