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AUTOFAGIA
«¡Qué librazo ha escrito Alaíde Ventura Medina! Tal como su protagonista, Autofagia es frágil, silenciosa e implacable. En una ciudad hostil, dos chicas definen comer como «el acto de desaparecer la comida». La falta de alimento les produce debilidad, aturdimiento, sudoración, mareos, pero también complicidad, placer, delirio. Les saca las historias más íntimas de sus órganos y las más fieras del entorno que las ciñe. Entramos en el cuerpo y el territorio con ánimo de cuestionarlo todo».
Cristina Rivera Garza
Una joven llega a su casa y descubre que su pareja se ha ido. Decide esperarla, obedeciendo el mandato que la relación misma ha impuesto:beber mucha agua y no comer. Conforme las horas avanzan, el silencio comienza a llenarse de voces: las del mundo y las de su cabeza, voces de su madre y de su abuela, que le hablan de su infancia en un pueblo cañero a la orilla del río.
Autofagia es una novela coral que nos acerca a un mundo de ausencias, a un presente nebuloso que parece devorarse a sí mismo. Es la tercera novela de Alaíde Ventura Medina, una de las narradoras más interesantes de la lengua hispana.
La crítica ha dicho:
«El vacío adopta formas caprichosas, fragmenta la realidad y borronea los contornos de los cuerpos. Alaíde Ventura Medina domestica las palabras, las retuerce y las siembra en una historia honda que devela sus pliegues con sosiego y enorme belleza. Nos ofrece una extraordinaria novela a modo de plegaria con presencias que, de tan huecas, colman».
Bibiana Camacho
«En Autofagia asistimos al temor y deseo de un cuerpo vulnerable que intenta escudriñar presente y pasado. La protagonista parece de una especie distinta, su alma se nutre de lo que sobra, su vida sigue el tiempo del intestino. Alaíde Ventura Medina ha escrito una novela impecable sobre la precarización del cuerpo, los lazos familiares y la resiliencia de las mujeres».
Sylvia Aguilar Zéleny
«El rasgo más descollante en la escritura de Alaíde Ventura es su elegancia. Parece nutrirse de géneros laterales o hasta informales como el ensayo personal, el diario íntimo o el estado de Facebook, pero las historias que genera a partir de esa materia estética son entrañables y profundas, llenas de imágenes conmovedoras a fuer de minimalistas, y aparecen vertidas a prosa con una dicción exacta, de inmediatez poderosa. En Autofagia, Alaíde logra hacer un retrato de México, desde la intimidad de una tremenda historia de amor. Su agudo estudio de los personajes hace que el dolor se vuelva luminoso».
Julián Herbert