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BLACK SUN CUANDO EDITAR ERA UNA FIESTA
Caresse y Harry Crosby fueron una joven y rica pareja norteamericana con veleidades literarias que se significaron entre el torrente de extranjeros que se establecieron en el París de los años veinte del siglo pasado. Se integraron en los círculos artísticos y en su vida nocturna de cabarets, jazz sessions y veladas presididas por las escandalosas actuaciones de Joséphine Baker, y se granjearon una asombrosa celebridad en el mundo vanguardista del momento. Muy atractivos, con personalidades arrolladoras, sexualmente liberados, creativos y emprendedores, ambos fueron espléndidos con su dinero, procedente de las arcas familiares de la banca Morgan, con el que ayudaron a jóvenes pintores, artistas, poetas y escritores. Frecuentaron su compañía Picasso, Gertrude Stein, la princesa Bassiano, Sylvia Beach, Adrienne Monnier, Louis Bromfield, Maurice Sachs, Brancusi o Peggy Guggenheim. En 1927, los Crosby fundaron en París la editorial Black Sun, convirtiéndose en figuras muy conocidas dentro del mundo literario anglosajón, que por entonces tenía una indudable relevancia en la capital francesa, con figuras como Scott Fitzgerald y Ernest Hemigway. Black Sun forma parte de la mitología de aquella época, y sus libros son piezas apreciadas por coleccionistas bibliófilos. En ella publicaron obras de James Joyce, Hart Crane, Archibald MacLeish, Kay Boyle, Pete Powel, Oscar Wilde, Marcel Proust o D. H. Lawrence, en ediciones limitadas y muy cuidadas.