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CELESTIALES DESATINOS
En la primera mitad del siglo XVIII, el olfato literario, y comercial, de Torres Villarroel transforma los almanaques y pronósticos astrológicos recibidos de la tradición en un rentable mercado literario en España, al reforzar, en la línea de lo que se está haciendo en otros países europeos, su contenido literario. Serían muchos los escritores que, al calor de su éxito, adoptarían su fórmula para hacerse un lugar en la que se acabaría convirtiendo en abultada tropa de almanaquistas. Gracias al talento y al singular arte de fabular que despliega en sus introducciones, Torres había dignificado literariamente el género; sus seguidores, en principio, se ciñen a seguir sus pasos, sin alejarse mucho de sus huellas. En ese fluido y multiforme monólogo piscatorial se centra «Celestiales desa¬tinos: antología de almanaques literarios del siglo XVIII (1733-1767)», pues sobrevolando la aparente homogeneidad de los textos que se presentan, se pueden espigar voces y hallazgos de un interés literario genuino y de valores propios; aparte, claro está, de su patente interés como manifestaciones de una transitada senda literaria que, en la primera mitad del siglo XVIII y a despecho de la severidad ilustrada, copó el mercado, enredando en sus delirios a la gran masa popular. Proponemos, pues, explorar este modesto parnasillo de la mano de nueve autores, de muy distintas capacidades y desempeños literarios pero representativos de las tendencias y maneras piscatoriales que, a la zaga de la pluma de Torres Villarroel, triunfaban en la época. Para ello, se presentan el prólogo y la introducción —sección de mayor relieve literario— de dieciocho almanaques que, comenzando en 1733, en plena época dorada del género, nos llevan hasta 1767, año de su prohibición.