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La historia de este cuento está forjada en una serie de valores que se cultivan en la práctica de Mindfulness y que nos lleva más allá de la inmediatez con la que vivimos lo cotidiano. Da la sensación de que la prisa hoy se ha colado en nuestras vidas como valor y no como lo que debiera ser: algo reservado a determinados momentos puntuales. Aprender a observar nuestra mente momento a momento es una capacidad que todos tenemos y que podemos entrenar gracias a Mindfulness para hacer del presente el lugar más cálido que habitamos. ¿Te imaginas aprender a relacionarte con tu mente como si fuera una parte más de ti? Esta historia que acontece no tiene edad, pero sí inicio en una etapa de la vida: la infancia como la mejor de las etapas para iniciarse en este pro¬ceso de autoconocimiento de mente, cuerpo y emoción.