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CON EL AGUA AL CUELLO
Desde la residencia donde pasa sus últimos días postrada en una cama, Benedetta Toso, enferma de cáncer con apenas treinta y ocho años, quiere hablar con Brunetti de algo que no quiere llevarse consigo a la tumba. Débil y al borde de la muerte, la mujer apenas consigue tener algún momento de lucidez y esbozar algunas frases sueltas que implican a su marido, Vittorio Fadalto, muerto recientemente en un accidente de tráfico, con un dinero obtenido de forma ilegal y que, en consecuencia, su muerte fue en realidad un asesinato. «Ellos le mataron», cuenta al comisario. Desgraciadamente, antes de poder obtener más información al respecto, la mujer expira su último aliento.
¿A qué dinero ilegal se refería? ¿Quiénes son esos «ellos» a los que Toso acusa de haber asesinado a su marido? El fino hilo de investigación llevará al comisario hasta el lugar de trabajo del hombre, Spattuto Acqua, una empresa privada encargada de vigilar por la calidad del agua en Venecia. Allí, Brunetti no sólo se enfrentará a la verdad sobre si Fadalto fue asesinado o no, sino a un caso de soborno entre los empleados con el objetivo de ocultar vertidos contaminantes en el agua, lo que podría tener consecuencias catastróficas en la salud de los venecianos.