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CUANDO SE ACABE EL AIRE
Del prólogo de Jon Sistiaga: «Este libro contiene todas nuestras conciencias. Las de los que lo hicimos bien y las de los que lo hicimos mal. Elena, la que durante los peores días de la pandemia tenía «las ojeras como fosas comunes», acertó en ser pesimista. Ni salimos mejores ni diferentes. Aquel sueño de una nueva sociedad se diluyó enseguida. Por eso, este libro es también un homenaje a sus compañeras y compañeros, a todas esas personas que se reconocerán en sus palabras, a los sanitarios y sanitarias que pelearon por salvar vidas. “La muerte y el cansancio caerán sobre los aplausos. Una quietud densa como un sudario caerá sobre nuestras almas”. Y tenía razón. De los aplausos no quedan ni los ecos».