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CUANDO YO TENÍA CINCO AÑOS, ME MATÉ
Burt solo tiene ocho años, pero su pequeño corazón ya ha conocido grandes sentimientos. Demasiado grandes. Demasiado fuertes. Ahora vive recluido en un Centro de Internamiento Infantil por lo que le hizo a Jessica. Solo, contra la estupidez de los adultos que convierten sus sueños en síntomas clínicos y su amor, en un delito. Solo, en una fortaleza de silencio. ¿Quién lo sacará de allí? Una novela que es pura emoción. «Hundí la cara en la almohada y fui apretando cada vez más hasta no oír nada. Aguanté la respiración. Luego vino mi padre y me quitó la almohada y me tocó con la mano y dijo mi nombre. Yo estaba llorando. Él se inclinó y me pasó las manos por debajo y me levantó. Me hizo así en el pelo y yo apoyé la cabeza en él. Mi padre es muy fuerte. —No pasa nada, hijo, no llores —susurró. —No estoy llorando —dije yo—. Ya soy un chico mayor. Pero lloraba.» Más de dos millones de ejemplares vendidos en Francia. Traducido a 16 idiomas.