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CUATRO OJOS
Rex empieza el instituto y todo se empieza torcer, la vida social se ha convertido en algo salvaje: su mejor amigo de la infancia empieza a dejarle de lado y se convierte en el hazmerreír de los populares del curso. Todo el mundo menos él ha pegado ya el estirón, y mientras intenta encajar todo estos cambios, descubre que… ¡necesita gafas! Lo que faltaba. Su situación en casa no es tampoco la más fácil: sus padres están divorciados y convive con su madre, que tiene muchos problemas económicos y trabaja precariamente en distintos empleos, así como con su “padrastro” y “hermanastro”, con los que no termina de sentirse del todo cómodo. Un libro que recoge con empatía y esperanza el momento tan agrio y doloroso que puede llegar a ser la adolescencia: los cambios físicos, la incomprensión del entorno y la necesidad de encontrar una identidad y una forma de estar y ser en un mundo a veces abrumador. Pero con la certeza alegre de fondo de que se puede encontrar el camino.