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CULTURA POLITICA EN OCCIDENTE TOMO IV
A fines del siglo XIX la voracidad capitalista del Estado-nación occidental se proyectó hacia dentro, amalgamando sus partes en el espejismo de una gran nación en la que comulgarían magnates y desposeídos. Pero también proyectó su fuerza expansiva hacia todo el mundo no occidental, al que colonizó. Al mismo tiempo atizó las llamas de dos colosales conflictos: el derivado de la agresión colonial, y el que enfrentó sangrientamente a principios del siglo XX a las potencias. Los capitalismos de Estado dirigieron sus esfuerzos a convencer a sus masas desposeídas de que ese giro les traería gloria fuera y bienestar en casa. Con ello se atizaron otros macro-conflictos entre los poderes coloniales europeos por conquistar la hegemonía, a los que pronto se sumaron los Estados Unidos.