Recorrido por la mente y por el alma, por nuestras ideas preconcebidas y una realidad que no es tan real como parece, atrapados en la dulce y no tan dulce red de la ilusión. Viaje a través de los diversos miedos, dudas, esperanzas y quimeras que conforman al ser humano. Dar nuevo uso a las cosas muertas es un trabajo donde el pensamiento, la acción y el sentir se hacen cuerpo celeste en mitad de una consciencia eterna que sirve de capa en un mundo frenético y, por definición, «terrenal». Terrenal en cada ápice de humano que habita en nosotros pero que, sin embargo, trasciende a otro plano en el que podemos esculpir con barro nuevo la realidad de nuestro ser. Sin lugar a duda, una obra evocadora, sutil y, cuando lo requiere, directa y sin complejos.