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DE ROSAS Y DELIRIOS
La dualidad encarnada en un amanecer pintado con sangre, en un cuerpo que planta una rosa por cada espina. Que oscila entre la cordura y el delirio, y se dice a sí misma que todo va bien. No sabemos si el camino que dicen estas letras, terminará en punto y final o en cristales rotos, lo importante es que hay camino. Y este, es testigo de cada intento fallido de ser un ave fénix. Un camino personal, y de todos al mismo tiempo, porque soy fiel a la idea de que la dualidad nos persigue como la noche al día.