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DERECHOS HUMANOS Y DISCAPACIDAD
La pandemia del coronavirus desatada en los inicios del año 2020 y cuyo impacto se prolongará mucho más en el tiempo, ha socavado los derechos de mayor valor de las personas con discapacidad, casi ninguno ha quedado indemne de su ataque. Así lo atestigua, con total crudeza, la presente publicación Derechos Humanos y Discapacidad, Informe España 2020, promovida por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), en virtud de su labor como mecanismo independiente de seguimiento del cumplimiento en España de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas. El derecho a la vida, causando miles de víctimas mortales, y más enfermas y con secuelas, en proporción mucho más elevada que la que correspondería al peso social de este grupo de población. El derecho a la salud, a la asistencia sanitaria sin discriminaciones ni exclusiones por motivos bastardos, ha sido de los más laminados durante esta crisis. Denegaciones de atención, selección en función de las características de la persona enferma, rechazando a quienes por presentar una discapacidad o tener una edad avanzada se consideraba que su vida era de inferior valor, frente a otras más aventajadas. El derecho a la información y a la comunicación, con medios y canales, incluso públicos, que emitían mensajes no accesibles, sin posibilidad por tanto de llegar a su contenido, sobre cuestiones de primera importancia para la ciudadanía, práctica que dejaba a muchas personas con discapacidad al margen, desorientadas y en permanente duda sobre cómo actuar. No solo derechos, sino también situaciones sociales, como la soledad no deseada, o la pobreza y la exclusión que se han recrudecido, pues la fragilidad previa de estas personas era muy acusada, y ahora, con la pandemia, se ha convertido en extrema. Todas estas fallas de los derechos humanos se documentan en este Informe, que prestando particular atención a los efectos de la pandemia en las personas con discapacidad y sus familias, no deja de registrar otros muchos estados carenciales que persisten.