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EL CASTILLO DE EMBLOR
Son las 10:41 de la noche. Juan y Pedro no pueden dormirse. Están emocionados por su nuevo proyecto arquitectónico infantil llamado Legáureo: una residencia de Lego para aquellos muñecos que ya no pueden valerse por sí mismos. Así comienza El castillo de Émblor, la historia de un gran viaje de dos hermanos con personalidades muy diferentes. Juan, de doce años, racional y comedido, es un meticuloso estudioso de la realidad que entrará en contacto con los Segúltor, unas criaturas oníricas que han cantado los sueños de los niños desde los inicios de la humanidad para guiarlos y acompañarlos. Y Pedro, también conocido como Lelo, de casi diez, mucho más emocional y desobediente, siempre en pugna con el mundo y sus normas, descubrirá en el universo absurdo y mágico de su colegio grandes secretos. La historia de una gran aventura que va más allá del inconsciente, una travesía espiritual y profunda que cambiará la vida de los dos hermanos. Y entre medias, cuando la luz se apague y la oscuridad casi lo domine todo, estarán al lado el uno del otro, cada uno metido en su cama, para jugar y descomponer la realidad como harían dos simples niños, dos simples hermanos. Los niños son importantes.