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EL CAZADOR DE INSTANTES
A la floreciente ciudad andalusí de Siyasa han llegado unos extranjeros, y no todos son lo que parecen. Abdara, uno de sus habitantes, no es más que un niño de apenas doce años enfrentado a un mundo que se resquebraja y obligado a elegir prematuramente su destino. A sus tragedias familiares se suman vientos de fanatismo cada vez más próximos. El protagonista descubrirá diferentes maneras de luchar contra la adversidad. Se verá sorprendido por las apariencias y tendrá que confiar en su intuición porque, a veces, es la razón la que nos engaña. Intrigas, venganzas, envenenamientos, ultrajes y, sobre todo, el amor en sus distintas formas, van cociéndose a lo largo de la obra, como el pan en el horno, para después servir de alimento. Los paraísos dejarán de serlo si permanecemos impasibles cuando lleguen los impostores; el tiempo no pondrá a cada uno en su lugar si solo dejamos que pase, ni los sueños se cumplirán por más que los deseemos si nada hacemos para que se hagan realidad. Abdara lo sabe, los cazadores de instantes jamás se resignan. «Los guerreros sin arco ganarán la batalla, las aguas subterráneas aplacarán la sed».