[...El común denominador de las ficciones de El detective insomne es el misterio, que adopta distintas formas en las narraciones y cumple una función cohesiva en el conjunto. Así, el misterio está cerca del suspense generado por esa voluptuosidad siniestra en «Château d`Yquem»; se presenta como un desafío intelectual –en la tradición de la novela enigma– en «El caso Webber»; o es el vértice de pesadilla en el que convergen la historia y la trágica realidad del protagonista de «El espejo». En «Un graznido», relato que cierra la obra, el misterio (que no es un caso de asesinato) se resuelve de forma implícita; el agente dice saber qué ha pasado pero no aporta ninguna explicación, quizá porque el lector puede deducir qué ha ocurrido por sí mismo. En otras ficciones, en las que el patrón compositivo se acerca más al de la novela policial, el misterio, en tanto que resorte de la acción –reducida prácticamente a las pesquisas, los interrogatorios y la reconstrucción de los hechos–, es un elemento funcional que determina la estructura de la ficción, que termina cuando se resuelve el caso...]. Del prólogo de Miguel A. Aguado Gómez