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EL DÍA QUE MURIÓ MARILYN
El itinerario vital de los protagonistas, dos jóvenes que tenían vente años en 1962, desarrolla un calidoscopio formado por sus recuerdos de infancia y adolescencia durante los años cincuenta y sesenta —el cine, los tebeos, la educación religiosa—, enfrentados al recuerdo de sus padres sobre la Barcelona de los años treinta y la guerra civil.