Haz clic en la imagen para ampliarla
EL ESTRIPADOR DE AVILES
En la España de principios del siglo XX existían los denominadossacamantecas. Llámeselos vampiros, si se quiere, aunque ni poseíanglamour ni generaban éxtasis románticos. Eran rudos, necesitados,supersticiosos o desequilibrados. O todo a la vez. Robaban niños paraquitarles la sangre y las vísceras, y lo hacían con unos fines queeran desde luego tenebrosos, pero también, como veremos, másextendidos en aquella sociedad desigual y crédula de lo que nuestrasmentalidades actuales podrían creer. Quien haya oído hablar del hombre del saco ya sabe a qué nos referimos. O de la vampira de Barcelona. O del tío mantequero de Málaga. Sus menciones se usaban para infundirmiedo en los niños, y aún se usan, pero antaño eran demasiado realescomo para que los adultos no anduvieran por las calles con cien ojos,atentos a sus vástagos. El que pensara en esos momentos que se trataba solo de cuentos de viejas, tal vez lo lamentase?
Uno de estossacamantecas fue el conocido como ?el Estripador de A