Luz e Isabelle, sin quererlo, se imponen la misión de soportar y resistir. Son mujeres jóvenes,pero como atlantes, colosos del estupor. Gigantes del sufrimiento de los otros. Almacenan el daño que se transmite entre las personas que se juntan y se aman o no. Esta novela de Nicolás Melini nos habla de un daño emocional entre dos mujeres que se encuentran en contacto con refugiados sirios y eritreos y, también, con mujeres africanas que alcanzan embarazadas las costas de Europa. Una de ellas es francesa y cobra consciencia de que su pareja no la trata bien; la otra es española y con un corazón, quizás, demasiado lleno, repleto de un daño antiguo. Como sucede con toda historia de hoy, todo ello se encuentra cubierto, de un lado, por la publicidad, y, del otro, por la herida constante de los desheredados de la tierra que jalonan la información diaria. Siempre hay alguien que sufre al otro lado.