En la Asturias de primeros de siglo, cuando en sus cuencas mineras se incrementaban movimientos obreros en pos de sus reivindicaciones y derechos inalienables, un hombre idealista, el guardián de un faro cercano a un pueblecito pescador, protagoniza un relato de ficción, en el que se entremezclan valores humanos dirigidos a una síntesis de reflexión, contemplando la espiral histórica político-social en todo el transcurso de los años hasta nuestros días. Por otra parte, su constante evocación de la primera esposa perdida y el amor pasional con una tabernera de la que tiene un hijo, le conducen nuevamente al matrimonio. Su inquietud filosófica y literaria y, una relación con ciertos elementos de la extrema izquierda, le llevan a vivir dramáticas experiencias en unas prisiones de Oviedo. Todo ello unido fomenta en su mente un desequilibrio psíquico y le causa a menudo unas ensoñaciones, producto del subconsciente, que se manifiesta en todo el contenido de su espiritualidad, ansiando un mundo ideal, donde la luz reemplace a las tinieblas, y la justicia a la iniquidad de los hombres, sin violencias y sin guerras.