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EL LAGO BAIKAL
Antes o después, todos nos enfrentamos a la pérdida de un ser querido. De esa experiencia surge la necesidad de expresar aquello que no tiene nombre. Ahí aparece el arte, posibilitando verbalizar lo intangible. En su primer poemario, Fede Añó transita esa experiencia y todo lo que la rodea: la naturaleza que persiste y se renueva, el cambio continuo de la vida... y también la pasión por un hoy al que entregarse en plenitud. Todo ello a través de un lenguaje preciso y unas imágenes abiertas que permiten explorar el paisaje de la pérdida y el encuentro.