Incluso estando acostado mis pensamientos vuelan hacia ti, mi amada inmortal, tan pronto alegres como de nuevo tristes, ansiando saber si el destino se dignará a escuchar nuestra plegaria, pues solo concibo vivir eternamente contigo o no vivir. Carta de Ludwig van Beethoven a su Amada Inmortal A sabiendas de que nunca lograremos conocer con total seguridad el nombre verdadero de la famosa «Amada Inmortal», son muchos los expertos que coinciden hoy en día en la posibilidad de que este se corresponda con el de Therese Malfatti von Rohrenbach zu Dezza, pianista y compositora, alumna de Beethoven y sobrina del médico que trataba su sordera, de la que el maestro se enamoró en cuerpo, en fe y en alma. Para ella compuso la bagatela que pasó a la historia con el erróneo título de Para Elisa y su ciclo de canciones An die ferne Geliebte (‘A la amada ausente’), que inauguró una nueva e innovadora —para la época— forma musical: el ciclo de canciones o Liederkreis. Por ella derrochó ríos de tinta, escribiendo dos y tres cartas diarias. Por ella versó, sufrió y penó. Por ella lloró. Por ella imaginó un mundo nuevo, libre de cargas y prejuicios, en el que las clases sociales no pudieran definir el destino de los hombres. Por ella vivió una vida que se resistía a ser vivida… …Therese Malfatti se casó con otro hombre en 1811.