'El oficio de las metáforas' es un viaje que no niega el pasado, tantas veces denostado, de donde venimos. Pero también es presente caminando a un futuro no idealizable, que vendrá cargado de ausencias que existieron y pesarán todavía, como pesan las dudas de cimientos inciertos sobre las ilusiones, y si se columbran a lo lejos sus contornos, son siempre indefinidas, inasibles, etéreas. En un poema inicial y cuatro partes de contenido siguientes, divide el autor el libro. En ellos nos cuenta impúdicamente la infancia y sus atavismos. Nos habla del desconcierto que es el ámbito donde nos movemos, del escenario del tiempo que nos habita y abandona. Y es en Cristal de Poemia donde aparece el frágil refugio poético, pero también el único quizá, donde debela el poeta sus etapas transitando la vida huidiza y libre, en cada intento de aproximación, sin exagerar las cuitas ni los hallazgos. Un asidero en el que no sea necesario creer para sentirlo: la mano de un poema, por ejemplo.