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EL PESO DE LA BONDAD
Un hombre bueno entrado en volumen visita las oficinas de la General Motors reclamando merecidamente que le suban el sueldo después de tantos años trabajando en cuerpo, corazón y alma para la empresa. Sufre la afrenta de estar esperando cuatro horas antes de ver al director y por su cabeza pasan durante la sentada todas las calamidades que él ha soportado estoicamente no ya en la empresa, sino en la vida.