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EL PÍCARO NASRUDIN
Había una vez un Califa tranquilo, benévolo y acostumbrado a la buena vida. Era un buen hombre, en general, pero tenía un defecto muy grande... Sus súbditos se reían de él a sus espaldas, sus ministros no lo tomaban en serio y Nasser, el trovador, ¡se estaba haciendo rico a su costa!