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EL PROFETA Y LA PANDEMIA
El delicado tablero de Oriente Próximo se ha visto sacudido con la crisis del Covid-19 y la caída de los precios en el mercado del petróleo, lo que tendrá consecuencias en Europa, como suele ser habitual. El septuagenario conflicto israelo-palestino se ha fragmentado en nuevas líneas de falla en la región.
Por un lado, una alianza de nombre profético, el "Acuerdo de Abraham", que va de Estados Unidos a Abu Dabi, de Marruecos a Sudán pasando por Israel y agrupando a Egipto y Arabia Saudí, apoyando al mariscal Haftar en Libia y con la vista puesta en Irak para alejarlo de la órbita de Irán. Una "triple entente" a la que se ha dado el nombre del profeta para legitimar la agrupación de judíos, cristianos y musulmanes.
Por otro lado, el eje de la "hermandad chiita", que agrupa a Gaza, Qatar, Turquía e Irán, con presencia en Siria, Libia y Yemen, y el apoyo puntual de Rusia. En medio de estas convulsiones sísmicas, Beirut salta por los aires, los refugiados llegan por oleadas a Europa, también militantes integristas de forma clandestina, y el presidente turco, Erdogan, intenta convertir Estambul en el nuevo centro del Islam mundial. Mientras, el terrorismo islámico ha vuelto a golpear en Europa en el nombre de un yihadismo sin organización, amparado en redes sociales dispersas del mundo islámico que alientan a seguir la lucha, cuando en la Casa Blanca hay un nuevo inquilino que debe restaurar la confianza de sus aliados.
En la misma línea emprendida en su libro Salir del caos, Gilles Kepel apoya sus reflexiones con mapas y una cronología que ponen en perspectiva la actualidad. Sirven de ayuda para comprenderla y anticiparse a los cambios que, sin lugar a dudas, se avecinan, y que tendrán consecuencias en todo el mundo y en Europa en particular.