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EL REY Y EL FILÓSOFO
Guebel le da movimiento a la vida palaciega del Versalles de Luis XIV en una delirante novela epistolar llena de intriga, traición y erotismo.
«Guebel es genial, nunca ingenioso. Es el mejor novelista de su –mi– generación. El más monolítico, monolingüe y leve de nuestros grandes autores». Luis Chitarroni
El rey y el filósofo arranca con un contrapunto delirante entre el Rey Sol de Francia y el filósofo Gottfried Leibniz en el escenario esplendoroso de Versalles. Nombrado embajador del Imperio Romano Germánico, el filósofo Gottfried Leibniz llega a Francia con una misión: convencer a Luis XIV de invadir Egipto. Sin embargo, aturdido por el teatro de extravagancias de la corte, su determinación va debilitándose poco a poco. El Rey lo evade por los pasadizos secretos y los salones de Versalles, lo embota con manjares, lo escandaliza con insinuaciones libertinas y lo involucra en intrigas palaciegas que amenazan con guerras, crímenes reales y matrimonios fantásticos.
Esta novela divertida, inteligente y vertiginosa se estructura en torno a cartas, informes de inteligencia y comunicaciones diplomáticas. Variopintos personajes históricos cruzan con gracia los majestuosos jardines, disfrutan de las descomunales puestas teatrales o se pierden en los salones del palacio lleno de pulgas y piojos. Cuando finalmente Leibniz y Luis XIV se encuentren, compartirán la conversación íntima, la perplejidad existencial, la exploración científica y los universos metafísicos, mientras mueven sus piezas en el juego diplomático que determinará el destino de Oriente y Occidente.
Daniel Guebel, el más admirado novelista argentino de su generación, con su potencia literaria y descarada ironía, hace estallar la exuberante arquitectura barroca —caprichosa y genial— de la mente del hombre de poder.
Reseñas:
«La prosa subversiva de Guebel viene de Gógol y de Nabokov, incluso parecería un improbable Pynchon argentino. Pero Guebel es grande por sus propias cualidades: su dominio de una frase enroscada, pero con apariencia leve, gozosa y humorística; la riqueza de su imaginación; la erudición musical y filosófica; la pertinencia del pensamiento y su desplazamiento sutil hacia el terreno de la parodia mediante un juego de anacronismos».
Carlos Pardo, Babelia
«Daniel Guebel es quizá con Aira el escritor con mayor amplitud de registro de la literatura argentina, alguien capaz de pasar sin solución de continuidad de la invención más desenfrenada a la crudeza total del documentalismo autobiográfico. Guebel es nuestro Philip Roth: un escritor que cuando escribe no le tiene miedo a nada».
Alan Pauls
«Borges, un Guebel populista. Guebel, un Borges culto».
Juan José Becerra