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EL SALÓN DE WURTEMBERG
Charles Chenogne, un famoso violoncelista, decide abandonarlo todo y retirarse en la vasta finca de su familia, en la región alemana de Wurtemberg, antaño parte de Francia. Durante las largas horas en soledad, revisita su infancia. La recuerda como un mundo entre dos idiomas, lleno de gatos, niños y viejas damas de un refinamiento de otro tiempo. Y marcada por la ausencia de la madre, que le abandonó cuando él tenía cuatro años. Pero sobre todo Charles rememora una y otra vez lo que quizá fue el centro de su vida: la profunda amistad que le unió a Florent en los años sesenta, una amistad que acabó en drama cuando Isabelle, la esposa de Florent, abandonó a su marido por Charles. El salón de Wurtemberg es una novela conmovedora, refinada, irónica, una historia de amistad y amor entre tres personajes que al encontrarse muchos años después de la época en la que se frecuentaban, descubren que no tienen ningún recuerdo en común. 'Creo que la memoria no existe -comenta Quignard-, sólo existen las narraciones de la memoria, los relatos en los que creemos. En mi opinión, la memoria no contiene verdades, sino que más bien consiste en un continuo trabajo de transformación.'