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EL TALLER: ARTE Y VIDA
Andrei Ivanov es un joven dramaturgo que ha alcanzado el éxito muy rápido, tanto que al darse de bruces con su primera crisis de inspiración se encuentra totalmente desarmado. Solo una cosa podrá sacar a Andrei del bucle de sus pensamientos negativos y autodestructivos: la inesperada visita del conserje del edificio en el que se aloja. A los diecisiete años se cometen muchas insensateces. El joven Karl Roman encadenó unas cuantas al llegar a Nueva York. Al bajarse del barco olvidó su paraguas y regresó desesperado para buscarlo. A los pocos minutos estaba perdido en los fondos laberínticos de la nave. No veía una salida, hasta que encontró una puerta y decidió entrar. Así conoció al fogonero de la embarcación y su trágica historia que, de manera inesperada, marcaría su propio destino. En más de un sentido. Para Akumik todos los tonos de blanco tienen algo en común: aburrimiento. Quiere largarse de la tundra de Groenlandia cuanto antes. Su padre, Tikasuk, no logra entender cómo su hija ha podido alimentar un pensamiento así. Sin embargo, no puede prestar demasiada atención a las teorías filosóficas de la adolescente si quiere terminar de arreglar el trineo para volver a casa cuanto antes. Lo que Tikasuk no espera es el sonido, cada vez más fuerte, de unas hélices que se aproximan y que marcarán el futuro de su niña, que ya no lo será nunca más…