Emilia Pardo Bazán fue siempre una gran dama. Por nacimiento ya podía considerársele como tal, pero su cuidada educación, sus ganas de aprender y de viajar, y sus amplias lecturas hicieron que lo siguiera siendo toda su vida. No la dejaron entrar en la Real Academia, a pesar de que sus méritos eran mayores que los de muchos académicos, pero consiguió en 1916 ser la primera mujer catedrática de universidad en España. Escribió sobre muchos temas y la actualidad de su tiempo no le fue ajena. Y de su propia experiencia sacó la conclusión de que el papel de la mujer en la sociedad tenía que cambiar. A partir de 12 años.