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EN LA QUIETUD DEL MARMOL
Thèrése Wilms, nacida como María Teresa, rompió todos los cánones de la época, convirtiéndose en la poeta chilena rebelde por excelencia al hacer de su vida y su obra un acto de resistencia frente a las imposiciones patriarcales. Como muchas escritoras de su generación, entre ellas su connacional María Monvel, fue obviada por la crítica, aunque su breve trayectoria literaria atesora una vibrante y refinada lírica que hoy en día es alabada. La obra poética de Wilms su encuentra profundamente ligada a su trayectoria vital. En la quietud del mármol, publicada por primera vez en 1918 durante su estancia en Madrid —aunque los versos que la integran fueron escritos en Buenos Aires— no es una excepción, pues el poemario recuerda la figura de su amante suicida, Horacio Ramos (Anuarí). La obra muestra a un sujeto lírico atormentado por la soledad, el desamparo, el rechazo y la marginalidad; Teresa evidencia aquí su proceso de duelo ante la pérdida de un amor profundamente desesperado, no exento de la oscuridad que rodeaba su existencia. Calificada como una mujer libre y enigmática, su trágico final es vaticinado en muchos de sus versos, cuya grandeza y sensibilidad se vieron eclipsadas por su fama de femme fatale, propia de quien desafía la moralidad imperante. No obstante, figuras como Juan Ramón Jiménez supieron apreciar su prodigiosa escritura, calificándola como la mística del amor y del dolor.