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ENTRE UN PAPA Y UN SANTO
Juan de Borja, III duque de Gandía, es un fiel representante de la cultura española de la primera mitad del siglo XVI. Pese a su indudable importancia histórica no ha tenido el éxito editorial y científico que se merece, debido principalmente a dos factores: tener un abuelo papa -Alejandro VI- y un hijo santo -Francisco de Borja-. Estos dos grandes personajes, el uno ubicado en el Renacimiento y el otro en el Barroco, han provocado su abandono en los arrabales de la Edad Moderna, eclipsado por dos astros en una penumbra historiográfica, no tanto por ignorancia o indiferencia cuanto por la magnitud del papa y del santo, dos paradigmas de dos épocas distintas. Ciertamente merece la pena rescatar su figura porque guarda las esencias características de la familia Borja, de grandeza y miseria. Su linaje perduró con todo su esplendor hasta bien entrado el siglo XVIII, y en él encontramos las ideas necesarias para comprender la evolución de la configuración de España en el tránsito de dos épocas. Al vivir entre dos períodos, viene a ser más que un muro un puente, una bisagra que nos ayuda a comprender los cambios y crisis de la vida política de entonces, cuando la Monarquía entró en una crisis institucional primero tras la muerte de Isabel la Católica en 1504 y después tras la de Fernando el Católico en 1516. Hemos dividido el libro en diez capítulos encuadrada en dos bloques, uno entre el poder y otro en la gloria efímera, que vienen a ser símbolo del papa y del santo. La primera parte aborda el contexto histórico y familiar hasta 1529, cuando asume la regencia la emperatriz Isabel; y en la segunda, desde esta fecha hasta su muerte en 1543. Hemos introducido momentos transversales relacionados con su segundo matrimonio y con la educación humanista suya y de sus hijos para hacer más comprensible el cambio que se obra en él al pasar de la inestabilidad emocional a la madurez personal.