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ENTREVISTAS 1968 - 2008
Leer a Baudrillard siempre ha significado una forma de rendirse a la seducción de un pensador que consideraba, a la inversa de la tradición filosófica, que solo puede haber una idea allí donde, de hecho, se produzca una especie de rapto de la mente, un desvío erótico de la inteligencia.