Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
9788441439306

Haz clic en la imagen para ampliarla

DATOS

EAN: 9788441439306
Editorial: EDITORIAL EDAF
Páginas: 1152
Encuadernación: Cartoné
Tamaño: 135mm X 220mm

EPISTOLARIO GENERAL DE MIGUEL HERNÁNDEZ

En stock

Disponible en 24/48 horas

50,00 €

47,50 €

La carta confesional, escamada de intimidad, es un acto de destape: escribir en ese trance es desnudarse ante quien va a leer la declaración, la exigencia, el amor a fl or de piel, el desafecto a veces. A través de las misivas se conoce profundamente al corresponsal, tal vez no hay manera de conocerlo mejor. Con este completo corpus de cartas y notas privadas del poeta Miguel Hernández (Orihuela,1910-Alicante,1942), podemos conocer mejor la personalidad ejemplar y las inquietudes de un escritor modélico y comprometido en una época turbulenta de España. Tanto en sus cartas como en el diario íntimo que es Cancionero y romancero de ausencias, Hernández muestra su profundo calado humano: magnifi ca lo pequeño, convierte lo cotidiano y lo aparentemente menudo en un regalo, como el Neruda de las odas elementales, como el Machado del olmo viejo: «Olmo, quiero anotar en mi cartera / la gracia de tu rama verdecida», escribió el sevillano. Anotar: escribir para no olvidar; porque ¡la memoria es vida! «Escribir cartas signifi ca desnudarse ante los fantasmas, que lo esperan ávidamente. Los besos por escrito –confesaba Kafka a su gran amor, Milena Jesenská– no llegan a su destino: se los beben por el camino los fantasmas». A pesar de todo, Miguel, nuestro poeta, pedía a su amada Josefi na «...mándame... besos y cartas»; porque la carta era alimento para seguir con vida, y terminaba muchos de sus escritos, casi furtivos, con un epitafio pidiendo paz, amor y libertad: «Se ruega que no rompan ni interrumpan esta nota por la ne cesidad de que llegue a su destino».

Productos Relacionados:

9788416748648

9788412715071

9788432160677

9788418807084

Categorías