¿Cómo reaccionó la política, la diplomacia y el pueblo españoles ante el estallido de la Primera Guerra Mundial el 2 de Agosto de 1914? ¿Qué intereses había detrás de la declaración de Neutralidad, quiénes la defendieron y quiénes la combatieron? ¿Cuál fue la actitud del gobierno, del rey, de los partidos politicos, de las instituciones y del pueblo y cómo se explica su postura? ¿Por qué el conde Romanones, jefe del partido Liberal, se apartó de la tesis oficial, en un ya famoso artículo: Neutralidades que matan? ¿Cómo repercutió la Guerra en la Economía española? Luis Bello va dando amplia respuesta a todas y cada una de estas cuestiones, empezando por dedicar a la tradicional política exterior de España, marcada por una dinámica más bien errática y vacilante, un exhaustivo capítulo. Hemos de ver en el curso de estas páginas que los diversos géneros de acción de los beligerantes en España se encierran en dos: actos encaminados a atraerse la voluntad de España o a contrarrestar los del adversario en el mismo sentido, y actos que tienden a convertir a España en base de operaciones para hostilizar al enemigo. Los primeros pueden ser de buena o de mala ley. Los segundos forzosamente son de mala ley. LUIS BELLO