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HERMANOS DE ALCOHOL
A simple vista esta novela es una burda apología del panfletismo ideológico más extremo, rebosante de testosterona y masculinidad tóxica, salpicada con reflexiones aparentemente existenciales y aires de intelectualidad... Así lo juzgarán no sólo quienes son detractores de las inquietudes del autor, también los que aseguran compartirlas. Los personajes, jóvenes universitarios en una capital de provincias, no destacan por ser unos ejemplos de virtuosismo ni merecen ser referentes de nada y para nadie. Aunque eso es algo que no se pretende, porque la nuestra no es una época para héroes sino para seres humanos que, a pesar de sus miserias y limitaciones, no están por la labor de someterse a los dictados de lo políticamente correcto y tienen la osadía de cuestionar el momento presente, considerado por la propaganda oficial como el mejor de la Historia y la culminación de la especie humana. Quien sepa mirar más allá de la superficie es posible que encuentre algo de valor en este relato, escrito hará una década, sobre noches marcadas por el alcohol, el fracaso y la náusea vital; un relato que, sin ser autobiográfico, es más real que la inmensa mayoría de las vidas que encontramos a diario en las redes sociales, los programas de telebasura y demás mentideros del mundo posmoderno.