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HISTORIA DE UNA CASA SOLARIEGA
Como cualquier historia, la de una casa es muchas historias: la de sus constructores, sus habitantes, sus huéspedes, sus mascotas, sus muebles, sus telarañas, sus plantas, sus esquinas. Más que historia, una casa tiene trama, la del sinfín de hilos que conforman su imagen. En Historia de una casa solariega, la intención de captar esa multiplicidad es omnipresente. Multiplicidad formal (sextinas, variaciones de sextina, rimas asonantes, consonantes, internas, regularidad e irregularidad métrica), multiplicidad de voces (un Albañil, un Arquitecto y un Augur, una voz en cursiva y otra en redonda entonadas por distintos personajes), multiplicidad de espacios (casa, cabaña, porche, jardín, campos), multiplicidad de tiempos (veinticinco años atrás, el pasado vuelto futuro, una noche de San Juan). Largo poema unitario dividido en siete movimientos, abierto y cerrado con un párodo y un éxodo (la entrada y la salida del coro en la tragedia griega), Historia de una casa solariega edifica una casa y presta oídos a lo que dicen las paredes, a la polifonía que se persigue desde el cimiento hasta la ruina, desde la ruina hasta el cimiento.