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HORIZONTE AQUI
La paradoja irresoluble de alcanzar un horizonte al que nunca se llega pudiera ser un buen ejemplo de la aventura que supone el poema, porque al poema se llega fijándose en la lejanía y parándose a mirar en lo cercano; siempre es un viaje. En esta obra se indaga en una intención que recae en el esfuerzo de encontrar lo que está oculto a simple vista —otra paradoja—, y lo que es más: conseguir ver lo invisible. Todos los puntos de vista son eficaces y viables mientras se inflame la chispa o la espoleta que hace saltar la poesía. Horizonte aquí rastrea cada esquina, rincón o episodio que, por común, ya parece estar asumido. Quizá eso sea el poema: emoción y descubrimiento, una fórmula esencial. Porque, aunque parezca que todo está dicho, también queda mucho por indagar, y el trabajo del poeta, entre otros asuntos, es poner a disposición del lector todo aquello que no sabía que sabía. Es como encender la luz en una zona que ya creíamos iluminada. Descubrimiento y emoción, eso pretende este poemario.