Haz clic en la imagen para ampliarla
JUAN DE BORBÓN
La vida de Juan de Borbón y Battenberg está marcada por dos adjetivos: incompetencia y fracaso. Repleta de errores que guiaron su evolución política. Muchas veces por culpa de él y otras por dejarse aconsejar por personas incompetentes. Esto propició que la línea sucesoria saltara un peldaño y fuera su hijo, Juan Carlos de Borbón, el que asumiera el rol de rey de España. Desde que murió Alfonso XIII hizo lo imposible por conseguir el trono que éste abandonara en abril de 1931. Para ello sólo tenía que estar a bien con Francisco Franco. A pesar de los mucho que se ha explicado, su sumisión al Caudillo fue completa. Las excepciones se produjeron como consecuencia del asesor del momento. Si bien tenía que mantenerse firme y hacer creer que era contrario al régimen, la realidad es todo lo contrario. A pesar de esto, Franco siempre pensó en Juan de Borbón como pretendiente al trono de España, hasta la llegada de Pedro Sainz Rodríguez. Es bajo los consejos de este que se impacienta y, ante el avance de los aliados durante la II Guerra Mundial, decide plantarle cara a Franco publicando el manifiesto de Lausana. Después le reclamó la soberanía, en 1943 un hizo un ultimátum y lo remataría con el manifiesto de Estoril. Se hizo antifranquista, al menos en apariencia. Pactó con los exiliados y fomentó conspiraciones para derrocar a Franco. El fracaso político de Juan de Borbón estuvo marcado por una vida libidinosa. A parte de sus amantes y sus juergas en el casino de Estoril, se acercó a la masonería, al republicanismo, e hizo de su exilio y su rango un modus vivendi que lo beneficiaron económicamente. Además de voluble y oportunista. Nunca fue demócrata, sino que se valió de unos presuntos derechos dinásticos para su propio beneficio. Para conseguirlo no dudó en acercarse a personas calificadas como peligrosas y a cambiar reiteradamente de programas y estrategias. A lo largo de estas páginas podrán leer la vida de este personaje que, por decreto de su hijo, fue enterrado con honores de rey, aunque nunca ostentó la corona de España. Al que algunos han calificado de sáprata, de voluble, de oportunista, y que otros han querido hacer creer que si en España actualmente existe una monarquía parlamentaria, es gracias a sus esfuerzos y a su tesón. La realidad, como veremos, es muy diferente y la monarquía reina en España gracias a otros y no por el papel que él jugó pues, con sus actuaciones, ilegitimó la institución.