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KAIRÓS
Cuando camines entre los muertos, sus dedos fríos en los tobillos y el aliento de las diosas en tu cuello, debes seguir adelante. Aunque a tus espaldas arda Troya, Aquiles lleve años muerto y de Héctor solo queden las cenizas, debes seguir adelante. No te pares a oler las rosas, recuerda que todas tienen espinas y que las musas solo quieren devorar tu cerebro para volver a vivir. Recuerda el primer amor que no te rompió las manos, deja que guíe tus pasos indecisos y aprieta los dientes, porque no has acabado. Al final de la encrucijada, cuando solo veas tablones de madera torcidos y un millar de destinos ante tus ojos, cuando puedas aceptar que la felicidad es cambio e incertidumbre, dejes que el miedo te muerda los pies solo los miércoles, entonces habrás terminado tu periplo y regresado, por fin, a casa.