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LA CASA DE LA FLECHA
El bufete del señor Haslitt recibe una carta desde Francia de una de sus clientas –Betty Harlowe– solicitando consejo porque ha sido acusada de asesinato por un pariente –Boris Wabersky–, un más que probable chantajista necesitado de dinero. Preocupado por la suerte de su clienta, el señor Haslitt envía a su joven socio Jim Frobisher a Dijón. Pero, ¿se ha cometido un asesinato?, ¿está Wabersky en lo cierto con sus acusaciones, o se trata de un vil chantajista?, ¿es de fiar la compañera de Betty, Ann Upcott?, ¿qué relación tiene ésta con Jim?, ¿es Betty tan inocente como aparenta? Afortunadamente el inspector Hanaud de la Sûreté de París es requerido en Dijón para resolver el caso, utilizando la tapadera de otro asunto no menos intrincado: una plaga de cartas anónimas sobre Dijón que ya han causado varias muertes. Publicada en 1924, catorce años después del gran hito que supuso para la literatura de detectives El misterio de la Villa Rosa, la casa de la flecha es la mejor novela de la serie –cinco novelas largas, una novela corta y un cuento– que su autor, A. E. W. Mason, dedicó al inspector Gabriel Hanaud y que ahora presentamos por primera vez traducida al castellano. La segunda novela larga protagonizada por el inspector Gabriel Hanaud –después de El misterio de la Villa Rosa– inédita en castellano hasta hoy. Alfred Edward Woodley Mason (1865-1948) ya era un autor de éxito cuando en 1910 decidió crear al personaje del Inspector Hanaud, de la Sûreté de París. Mason se había educado en Dulwich College y graduado en Oxford en el exclusivo Trinity College en 1888. Antes de convertirse en escritor, había sido actor –lo que le dio un sentido del escenario que bien puede explicar la adaptación de muchos de sus libros al teatro y a la pantalla–, y miembro del parlamento británico. Participó en la Primera Guerra Mundial como Capitán y realizó misiones para la inteligencia británica en México y en España. Fue un gran viajero, y sus experiencias las trasladó a sus novelas, haciendo verosímiles y fidedignas las descripciones de los lugares en donde se desarrollaban. Cuando en 1910 decidió crear al inspector Hanaud, ya había publicado varios de sus libros más celebrados, Miranda of the Balcony, The Truants, Runing Water y, por supuesto, la obra por la que será siempre recordado, The Four Feathers.