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LA CAZA DEL TIBURIENTE
Publicado por primera vez en 1876, este poema presenta con humor infinito el viaje imposible de una tripulación improbable para hallar a una criatura inconcebible. Una pieza maestra del nonsense con un texto ingenioso, lleno de términos inventados, en el que lo épico y lo misterioso se mezclan con lo caótico y lo deliciosamente absurdo. Una excelente traducción de una obra poco conocida del gran Lewis Carrol, ilustrada por Óscar Villán, que nos habla de la transcendencia de perseguir los sueños, aunque parezcan imposibles.