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LA CHICA DE OJOS VERDES
Caithleen (luego Kate) y Baba, dos amigas irlandesas encantadoras unas veces, contradictorias otras, se han instalado, tras una adolescencia de paisajes rurales e internados, en una excéntrica pensión de Dublín. Bajo las luces de la gran ciudad, sus vidas giran y se agitan en torno al tumulto y la confusión de las nuevas amistades, las madrugadas fuera de casa, las aventuras y desventuras, y los amoríos insignificantes. Baba busca diversiones despreocupadas, amores de ocasión, mientras que Kate, tan profunda, se empeña en hablar de los libros que lee con sus nuevos conocidos. Aunque, curiosamente, será esta última quien desate el escándalo entre parientes y amigos católicos cuando se enamore de Eugene, un director de cine protestante que acaba de separarse de su mujer y vive en los Montes Wicklow. Durante un tiempo, Kate verá sus sueños cumplidos: alcanzará un sofisticado refugio idílico y literario, cosmopolita a pesar de encontrarse en medio del campo. Pero cuando su padre se entere de esa relación, hará todo lo posible por impedirla y desatará la ira de toda una peculiar comunidad whisky mediante contra ella y su enamorado. Humor y amor, como en toda rima fácil, al mismo tiempo que otra rima dolor, el dolor de vivir cuando la alegría de la juventud se vuelve oscura, se convierte en su reverso. Es esta novela un bellísimo ejemplo de iniciación a la vida y a la feminidad. Nadie como Edna OBrien ha escrito con tanta intensidad sobre la pasión y el valor, las tristezas y alegrías y también la vulnerabilidad de la juventud: sus grandes planes y sus indefinidos anhelos.