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LA ESTACION DE LOS TRENES PERDIDOS
A veces tengo la sensación de que he perdido todos los trenes a los que podría haberme subido. Porque dicen que los trenes solo pasan una vez en la vida y debe ser verdad. A menudo pienso que los he perdido y que no hay ninguno que me venga a rescatar. No quería subirme en el tren equivocado ni bajarme en la parada errónea. Luego, después de mucho tiempo, he descubierto que esos adjetivos no son adecuados y que simplemente hay trenes para los que ya no tienes billete y andenes en los que no tienes por qué continuar. También me he dado cuenta de que no tienes que esperar por ningún tren, que tú mismo lo puedes imaginar. Los trenes son recordatorios. De que nada de lo que crees poseer te pertenece y de que lo impensable, lo que habías tachado de imposible, puede estar esperándote, a la vuelta de la esquina, o tal vez justo detrás.