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LA LECTORA DE BÉCQUER
Entre los majestuosos edificios de Segovia y los melancólicos versos de Bécquer, las vidas de la dulce Ana, el ambicioso Alvarito y el valiente Mateo se entrelazan en una historia donde el poder del destino se mezcla con el intenso magnetismo de la ciudad.
La epidemia de cólera de finales del XIX ha dejado a Ana huérfana de madre, a lo que se sumará, años después, la ausencia de su padre, militar de la Academia de Artillería, que ha sido destinado a Cuba.
Mateo Garrido es amigo de Ana desde niño, pues sus padres fueron cadetes a la vez en la Academia, y decide estudiar la carrera militar en la ciudad castellana siguiendo la estela familiar.
Los Martínez han progresado mucho desde que eran suministradores de capotes para el Ejército. Ahora nadan en dinero, pero este no les da la consideración social que ansía Ramona. Para ello planea emparentar con algún militar y pone sus ojos en Ana como esposa para su hijo Alvarito.
La lectora de Bécquer es el retrato de una ciudad pequeña en los albores del siglo xx, un pequeño mundo separado en dos por la muralla y por las convenciones sociales, que se desdibujan cuando llega San Juan. Sin embargo, en aquel 1902, las fiestas se teñirán de tragedia y pondrán a prueba el coraje de una muchacha que sobrevive aferrada a las palabras de un poeta.
«Mayte Esteban tiene el don de envolverte con su prodigiosa narrativa y te atrapa por completo; ríes, a veces lloras, pero no quieres que la novela termine. Leerla es, simplemente, una gozada». NIEVES HIDALGO
«En esta novela, Segovia se convierte en un personaje más; aunque la mayoría son ficticios, queda espacio para algunos que de verdad pisaron esas calles de principios del siglo xx. Algunas situaciones están sacadas de la hemeroteca, pero hay otras que han sido convenientemente retocadas para acomodarlas a la trama porque, como todos sabemos, la vida es mucho más imperfecta que la ficción. Todo el entramado urbano y social de la novela se corresponde con un tiempo lejano, pero del que la ciudad conserva patentes sus huellas». MAYTE ESTEBAN