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LA NATURALEZA DEL HOMBRE
Sobre la naturaleza del hombre es el primer tratado de antropología escrito por un cristiano, a finales del siglo IV. Del autor no se tienen noticias; solo sabemos que fue obispo de Émesa (Homs), en Siria, y que, debido a su refinado conocimiento de filosofía y medicina, algunos han pensado que fue médico antes de ocupar la sede episcopal. La obra es un estudio de antropología en clave estrictamente filosófica, en la que se busca, gracias a una «mediación extrema» (B. Motta) entre Neoplatonismo y Aristotelismo, el modo en que se une el alma con el cuerpo y las implicaciones psíquicas, físicas, sociales, éticas, espirituales e incluso cristológicas de esta unión. Precisamente, en el cap. 3, al emplear el término ἀσυγχύτως con el fin de excluir toda clase de mezcla entre las naturalezas divina y humana en Cristo, Nemesio se adelanta a la definición de Calcedonia (Grillmeier). Asimismo prepara el soporte antropológico de III de Constantinopla. Las obras médicas de Galeno, los escritos filosóficos de Platón, Aristóteles, Ammonio Sakkas, Porfirio y, probablemente, el tratado de la naturaleza humana de Zenón de Citio, son textos fundamentales para la comprensión del tratado. Es probable que Nemesio conociese también las obras cristianas de Ireneo de Lyon, Metodio de Olimpo, Eusebio de Émesa y Orígenes. La rica tradición manuscrita y las numerosas traducciones orientales que nos han llegado (armenia, árabe, georgiana) o de las que se tiene noticia (siriaca) manifiestan que el texto fue muy conocido, leído y estudiado, tanto por pensadores del Oriente cristiano (Máximo el Confesor, Juan Damasceno), como por grandes teólogos de la Escolástica (Pedro Lombardo, Alberto Magno y Tomás de Aquino), quienes citan el texto de Nemesio, pero no siempre bajo el nombre del autor. La presente traducción del De Natura Hominis es la primera versión íntegra en lengua castellana.