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LA NAVIDAD DE ERNESTO Y CELESTINA
Para celebrar la Navidad basta con tener tanto entusiasmo e imaginación como Celestina; no como su amigo Ernesto -más preocupado por el frío del invierno- que no está por cumplir su promesa de organizar una fiesta con el pretexto de que habría que gastar un dinero que no tienen. Pero pese a las momentáneas decepciones, Celestina siempre se sale con la suya; Ernesto es tan bonachón y generoso, que -dejando a un lado su carácter racional- accede a ayudarla para que no se disguste.